miércoles, 10 de enero de 2007

El Tequila durante la conquista española

En el siglo XV, al comienzo de la conquista, cuando triunfó el dominio de los españoles sobre los indígenas asentados en la región de Chimalhuacan, en el occidente de México, surgió otra versión sobre el origen del tequila.

Se cuenta que al observar los españoles a los indígenas saciar su sed con el mezcal de tepache, decidieron probarlo, y al degustar el dulce sabor se les ocurrió —en colaboración con mestizos— hacer una fermentación primitiva a base de ollas y trapos para recolectar un destilado con olor y sabor más fuerte.
Esa transformación, a la que se le llamó “vino mezcal” en el periodo Colonial, hace suponer que el origen es mestizo, producto de la mezcla de conocimientos, cultura y tradición ancestrales de ambos pueblos.

La sustitución en el nombre de la bebida, “tepache” por “vino”, fue debido a que a los españoles les fue más fácil identificarla —ya que encontraban similitud en la consistencia, sabor y efectos que producía la vid fermentada de España— con ese nombre.

Cabe aclarar que el primer cambio de nombre aplicado a la bebida no fue el más correcto en esa época, debido a que el vino se obtiene de la fermentación de la uva, mientras que el mezcal es un líquido destilado que emana del agave cuando es cortado, considerado ahora como un aguardiente entre las bebidas alcohólicas.

NUEVAS FUNDACIONES:
VILLA DE SANTIAGO DE TEQUILA
En el occidente de México, la presencia de los españoles encabezados por el capitán Nuño de Beltrán y otros conquistadores como Cristóbal de Olid, Gonzalo de Sandoval y Francisco Cortés de San Buenaventura, lograron que las poblaciones indígenas de Michoacán, Jalisco y Nayarit, quedarán bajo la autoridad de la Corona Española en forma casi siempre pacífica.

Ese hecho propició que Nuño de Beltrán, presidente de la primera Audiencia Gobernadora, fundará varias poblaciones como Tepic, Guadalajara, San Miguel y Compostela, dando lugar a los elegantes palacios y grandes haciendas donde se supone se acentuaba el gusto por el vino mezcal.

La resistencia y la tenacidad de los indígenas de Chimalhuacan, ahora municipio de Tequila, dificultó por algunos años más el sometimiento hasta que otro capitán, Cristóbal de Oñate, se enfrentó al último bastión de ese reinado, asentado en las faldas del volcán Chiquihuitillo y los convenció a reubicar el asentamiento en ese municipio jalisciense.
Las crónicas —y la leyenda— de esa época, cuentan que al hacer Cristóbal de Oñate su entrada triunfal a Tequila, el municipio jalisciense que dio lugar al vino mezcal, fue recibido por niños y mujeres indígenas con flores.

Después, los capitanes españoles —con la ayuda de misioneros católicos— logran su objetivo de pacificar y evangelizar a los indígenas y empiezan a crear a lo largo y ancho de la de la Nueva España territorios divididos en virreinatos y provincias
En 1530 fundan el pueblo de Santiago Tequila —cuna de la bebida mexicana— e inician la construcción de la primera parroquia con la ayuda de los misioneros franciscanos.

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