viernes, 22 de junio de 2007

TIENEN EL PASAPORTE AL REINO DEL TEQUILA


Por: Juliana Fregoso20/06/2007
Desde el inicio se dieron cuenta que tenían que ganarse el respeto de la industria tequilera, desconocían completamente su función y por ser los encargados de señalar lo que se estaba haciendo mal, eran impopulares. Sin embargo, ellos son los que entregan el pasaporte para entrar al reino del tequila: es la Unidad de Verificación del Consejo Regulador del Tequila (CRT).
Esta es el área encargada de revisar que las plantas de las empresas cumplan con todas las regulaciones y normas para garantizar que el tequila que llegue a los anaqueles sea de la mejor calidad.
También se responsabiliza de trabajar con la Procuraduría Federal del Consumidor y la Secretaría de Economía, entre otras dependencias, para detectar y sancionar la producción de los llamados seudotequilas.
Actualmente, existen en el país 128 empresas productoras de la bebida y todas ellas están sujetas a una inspección permanente para que no exista ninguna anomalía o adulteración.
La Unidad de Verificación existe legalmente desde mayo de 1995. Se creó porque al poco tiempo de iniciar operaciones el CRT, los integrantes del consejo se dieron cuenta que para tener resultados más contundentes era necesario fortalecer al Organismo de Certificación.
Su función primordial tiene por objeto la constatación ocular o comprobación mediante muestreo, medición, pruebas de laboratorio o examen de documentos que se realizan para evaluar la conformidad en un momento determinado en todo aquello relacionado con todos los procesos y actividades que tengan que ver con el abasto de agave, la producción, envase, comercialización, información y prácticas comerciales vinculadas a la bebida alcohólica, conforme a las especificaciones previstas en la Norma del Tequila. También revisa la información comercial, los materiales de los envases y su capacidad, la existencia de un sistema de calidad, así como la aplicación de las buenas prácticas de fabricación en el proceso de elaboración y envasado de tequila.
Cuenta con la facultad para tener acceso libre a cualquiera de las plantas durante las 24 horas del día, los 365 días del año.
Actualmente, colaboran en la unidad 56 personas acreditadas y aprobadas, seis de estas personas son mujeres quienes tuvieron que acostumbrarse a trabajar en un mundo y un ambiente dominado por los hombres.
“Entre los grandes obstáculos que ha debido enfrentar el equipo están el conocer a fondo su trabajo, aplicar los criterios aprobados en la Unidad de Verificación, han tenido que aprender a asumir el control de las situaciones de conflicto y han aprendido a correr riesgos porque cuando se afectan intereses de particulares, invariablemente se corren riesgos”, dice Floriberto Miguel Cruz, comisionado técnico de la unidad y una de las cabezas del grupo.
Todos por igual
Otra de las tareas de la unidad es registrar los inventarios de agave, las entradas y los consumos de esta materia prima: “Llevamos registros de producción y un control de inventarios de tequila a granel por categoría y clase, así como los inventarios de productos en maduración para obtener los tequilas reposados, añejos y extra añejos”, explica Cruz.
En el caso del tequila envasado, se lleva un inventario por categoría, clase, marca, capacidad de los envases, contenido alcohólico y número de lote al que corresponde.
“También cuidamos que las marcas con que se envasen los tequilas estén debidamente registrados en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, que los convenios de corresponsabilidad estén vigentes y que el certificado emitido por el CRT esté vigente”, explica por su parte Juan Carlos Ruiz, supervisor de verificación.
En todos los casos se lleva un control del tequila que se comercializa tanto a granel como envasado, ya sea al mercado nacional como al de exportación.
“Toda esta información está contenida en formatos que constituyen registros o evidencias de verificación permanente del proceso de elaboración permanente y nos permiten tener la posibilidad de rastrear un producto desde su elaboración hasta su envasado”, abunda.
Con toda la información obtenida, el equipo tiene la posibilidad de calcular eficiencias y rendimientos en producción así como los costos de fabricación y compararlos contra los precios de venta del tequila al consumidor.
La tarea es mucha y el trabajo nunca se acaba, pero en la práctica lo que realmente les costó más trabajo a todos, en especial a las seis mujeres, es acostumbrarse a viajar todos los días.
Las fábricas están localizadas en diversos municipios que conforman parte de los 180 comprendidos en la zona que desde hace cuatro años se ha protegido por la denominación de origen del tequila y que comprenden los 125 municipios del Jalisco, siete municipios de Guanajuato, 30 del Michoacán, ocho de Nayarit y así como 11 de Tamaulipas. “Al igual que todos, ellas tuvieron que acostumbrarse a cubrir horarios inusuales —como iniciar labores a las 04:00 o a retirarse de una fábrica a las 23:00—, a interactuar con una industria hasta cierto punto machista en donde su área de producción estaba conformada sólo por hombres y en la mayoría de los casos poco acostumbrados a tratar con mujeres jóvenes”, recuerda Bertha Becerra, coordinadora de Verificación Nacional y la otra cabeza de la Unidad.
Durante la práctica también se dieron cuenta que la verificación, en realidad, deriva en un trabajo pesado; tuvieron que acostumbrarse a subirse a los tanques de almacenamiento, pipas, así como a trabajar en equipos predominantemente masculinos y, en algunos casos, asumir el mando. Durante su actividad tenían que exponerse al sol, la lluvia, frío extremo, enfrentarse con los riesgos del camino; de hecho, todas tuvieron que aprender a manejar vehículos en carretera.
Becerra recuerda que el inicio, tanto para las mujeres como para el resto del personal de la Unidad de Verificación puede decirse que fue por “curiosidad” porque nadie conocía lo que iba enfrentar, también fue interés porque se trataba de gente joven, recién egresada de la universidad, sin experiencia pero con ganas de aprender y trabajar y con la posibilidad real de conocer literalmente las entrañas de cada una de las empresas tequileras.
“Había un cierto temor porque se trataba de una actividad desconocida, no se tenía ningún antecedente y eso de pronto generaba titubeo de no poder con el reto. Sin embargo, el mismo grupo se convenció desde el principio que tenía que lograrlo, que tenía que hacer algo importante para ganarse el respeto de la industria tequilera y que no había mucho espacio ni tiempo para los titubeos, así ha sido siempre en la Unidad de Verificación”, relata Becerra.
Insiste en que la parte difícil es tocar los intereses de las compañías, pues se afectan cuando un dictamen establece que se incumple con la Norma Oficial del Tequila y la dependencia competente puede actuar contra la empresa involucrada sancionando administrativamente.
“Adicionalmente, el Organismo de Certificación podrá suspender o cancelar el certificado otorgado previamente o negar la certificación inicial.
“Lo anterior significa, literalmente, cerrar la cortina a la empresa ya que la Norma establece textualmente que ninguna persona física o moral debe producir, envasar o comercializar tequila alguno que no se encuentre certificado por el Organismo Evaluador de la Conformidad. La certificación representa para la empresa, entonces, el pasaporte para comercializar tequila”, explica.
Para evitar que los verificadores también puedan crear intereses, mensualmente se rota al personal asignándolo a empresas distintas .
“Con ello, rehuimos vicios y privilegios que pudieran crearse en el caso de tener asignado a nuestro personal de manera fija a una sola empresa. Por otro lado, la rotación de nuestro personal a las distintas empresas, implica un trato equitativo para hombres y mujeres y por lo tanto no hay privilegios”, deja en claro el comisionado técnico.
Esta es su contribución a la conservación de la originalidad y autenticidad del tequila como producto distintivo de México, asegura. También es una forma de proteger comercialmente al sector.
“Somos una parte fundamental de la cadena, junto con los agricultores, fabricantes, comercializadores y el gobierno mexicano, que tiene la obligación de conservar las tradiciones heredadas de nuestros antepasados y de proyectarlo para compartir el tequila con el resto del mundo”, concluye Floriberto.


Más falso imposible
Últimamente circulan en el mercado tequilas pirata que por su impecable manufactura, en apariencia pueden confundirse con cualquiera que sea original por ello siempre es importante tener en cuenta que:
El tequila se debe adquirir en licorerías y tiendas de autoservicio ya que además de implicar menor riesgo, se tiene la posibilidad de hacer una denuncia y realizar operativos y aplicar sanciones, cosa que en los puestos callejeros o tianguis esto es prácticamente imposible.
En el caso de restaurantes y cantinas, se recomienda pedir al mesero que le sirvan la copa en su mesa. Siempre que compre una botella exija que tenga el sello de la Secretaría de Hacienda y que la tapadera esté cerrada.


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